Lo oculto

Llevo observando la luna desde que tengo memoria.

Puedo quedarme mirándola fija durante horas.

Sintiéndola cada vez más cerca, como si en algún punto se metiera dentro de mi.

Me desahoga, como si por un instante me vaciara y pudiera respirar mejor.

Me pone en pausa y me regala presencia, esa que pierdo sin querer casi todo el tiempo.

Siento el mar dentro de mi, de a poco las aguas se van calmando y puedo ecucharlo-me-, como si estuviera flotando en mi misma.

Aprendo a escuchar a la mirada para intuir todas esas cosas que las capas esconden, separándonos de nosotros mismos.

En algún momento empecé a crear mis propias lunas.

Un poco en el afán de reconquistar la esencia de lo que oculta.

Queriendo retenerla un poco más.

A veces no es necesario ver las cosas, sino parar a mirarlas bien. Descubrir lo que tienen para mostrarnos.

Esa sencillez que nos enseña que la belleza puede estar presente en casi todas las cosas si estamos dispuestos a verla.

Ana.

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