En la mesita de la casa de verano, al lado del teléfono, teníamos unas caracolas.
Todavía recuerdo cuando me contaron que si la ponía sobre mi oreja, escucharía el mar. “Cerrá los ojos y escuchá”.
¿Alguna vez lo hiciste?
Desde ese entonces, cada vez que pasaba por al lado agarraba una, cerraba los ojos y escuchaba lo que tenía para decirme.
De niña siempre escuchaba…
Soy una persona de silencio.
Durante mucho tiempo no lo supe.
Necesito del silencio para sentirme bien, para estar en mi.
Pero mis silencios tienen varios sonidos;
El que siento cuando estoy en medio de la montaña, su inmensidad.
El de los grillos por la noche sonando a lo lejos.
El viento moviendo las hojas.
El mar rompiendo en la orilla.
Este último año y medio fue de mucho ruido.
Mucho movimiento, muchas voces hablando a la vez.
Pero hoy se que puedo volver a el cada vez que lo necesite.
Solo tengo que cerrar los ojos y escuchar el sonido del silencio.
¿Qué sonido tiene tu silencio?
Ana.
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