Me siento desnuda.
Todas las corazas se cayeron, todas de una, sin previo aviso.
Como cientos de persianas que se desploman.
Y ahí quedé yo, desnuda, sintiéndolo todo.
Sintiéndolo todo con una intensidad que nunca creí posible.
Como si estuviera constantemente erizada.
Escalofríos que se esparcen por el cuerpo como hormigas.
Ya nada es igual, ya nada va a ser igual.
La incomodidad me estruja, me mueve de lugar constantemente.
Todo es auténtico, todo es real, todo es tan real que por momentos duele.
Todo es tan intenso que por momentos asusta.
Ya no hay discursos, no hay verdades absolutas.
No hay más “yo nunca”, no hay más “soy así”.
Lo que es, me está encontrando, yo me estoy encontrando.
Nunca imaginé que iba a ser así.
Cuando el decorado cae ya no hay forma de volverlo a levantar.
Cuando el decorado cae, queda lo esencial.
Estoy desnuda.
Nunca me sentí tan libre.
Ana,
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